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UN MIROBRIGENSE EN LA CÚPULA DEL PSOE


Hay personas que con sus contribuciones ayudaron a mejorar nuestras vidas, sin embargo, son grandes desconocidos. Es el caso del mirobrigense Casimiro Jacobo Muñoz Matilla. 

Nació el 4 de marzo de 1849 en Ciudad Rodrigo y fue bautizado en la iglesia de san Andrés, a extramuros. Su vida siempre estuvo vinculada a la imprenta. Comenzó como tipógrafo en Madrid, donde trabajó durante 15 años como cajista de imprenta en el periódico La Reforma. 

Benito Pérez Galdós en el capítulo XXXIII del último libro de la Cuarta serie de los "Episodios Nacionales", titulado "La de los tristes destinos", se refiere al mirobrigense como: "... El joven de la levita y chistera (ambas prendas harto deterioradas, rugosas y polvorientas por el extremado roce que habían tenido con las multitudes populares en aquel agitado día) era un tipógrafo natural de Ciudad Rodrigo, llamado Casimiro Muñoz, que trabajaba en el periódico de la tarde La Reforma, fundado por Manuel Fernández Martín, y que tenía su imprenta y redacción en la Plazuela de Lavapiés, esquina de la calle Taburete....". Cuando el mirobrigense, contaba unos 24 años, vivía con unos patrones en la calle del Humilladero de Madrid. Fue entonces cuando con su participación activa y relevante en la revolución de 1868, llegó a impedir el asalto y saqueo del Palacio Real [1]

Fue Casimiro Muñoz, quien facilitó a Pablo Iglesias Posse entrar en una imprenta de la calle La Bola, propiedad del célebre Alcubilla. El regente de esta imprenta, Preñuelas, se estableció por cuenta propia, llevándose a Iglesias con él, con quien permaneció hasta 1864, cuando se autodespidió por no poder allí perfeccionar el oficio [2]. 

En 1871 Casimiro Muñoz fue uno de los fundadores de la "Asociación del Arte de Imprimir". El objetivo de este grupo consistía en encontrar empleo a los obreros parados y mejorar las condiciones laborales de los tipógrafos, buscando consenso entre patronos y obreros, armonizando los intereses de los trabajadores con los de los dueños de las imprentas. Fue la primera agrupación obrera socialista. Dos años más tarde de su fundación, Pablo Iglesias Posse, solicita el ingreso en dicha asociación, de la que al año siguiente fue elegido presidente. Allí germinó lo que unos años más tarde, exactamente el 2 de mayo de 1879, se convirtió en el Partido Socialista Obrero Español. El partido político más antiguo de España y el segundo partido socialista y obrero fundado en todo el mundo, tras el Partido Socialdemócrata de Alemania. 

Años más tarde, Casimiro regresó a su tierra natal, Ciudad Rodrigo. Allí  llegó a ser dueño de la mejor imprenta y de la mejor librería, además de ser dueño también de bienes raíces. Casimiro era un socialista atípico, no era obrero, sino comerciante con una desahogada posición económica, lo que le permitía viajar al extranjero a su propia costa y no a la del partido. 

Asentado en Ciudad Rodrigo, puso en marcha una labor de información y promoción socialista en toda la provincia de Salamanca, de donde era también el doctor Jaime Vera, otro de los históricos fundadores del PSOE. 

El 20 de agosto de 1881, funda en Ciudad Rodrigo, junto a un grupo de personas, la "Sociedad de Socorros Mutuos". El principal objetivo de esta sociedad era el de proporcionar ayudas económicas y sociales destinadas a socorrer a los socios que la componían. Principalmente en los casos de enfermedad o inhabilitación absoluta. La Sociedad, ofrecía unas prestaciones como el pago de baños en establecimientos oficiales, el abono de una cantidad determinada a los herederos de cada socio en caso de fallecimiento, etc. Un año después de su fundación, ya contaba con 230 socios y con un capital de 1.837,53 pesetas. 

Casimiro Muñoz, que a veces escribía artículos en El Adelanto y en El Noticiero Salmantino, contaba entre sus amistades más íntimas, con Miguel de Unamuno, con quien se carteaba de forma frecuente y a quien defendió públicamente en diversas ocasiones cuando en 1900 hubo una campaña encabezada por el periódico "El Lábaro" voz de los catedráticos católicos, para echarlo como Rector de la universidad, en favor de la universidad conservadora [3]. Daba conferencias y mítines, e incluso llegó a escribir una zarzuela titulada "Esposo, valiente y padre", que fue estrenada en Ciudad Rodrigo y fue duramente criticada por algunos medios conservadores, que la catalogaron como "falta de moralidad". Obtuvo también el segundo premio en unos juegos florales celebrados en Ciudad Rodrigo, por un trabajo titulado "Industrias fáciles de desarrollar en Ciudad Rodrigo". 

El 20 de julio de 1896 asistió junto a Pablo Iglesias al XIV Congreso del Partido Obrero de Francia, en Lille. Dicho congreso adquirió aires de asamblea internacional y fue allí donde por primera vez fue oída La Internacional, aunque todavía no coreada. 

Del 26 al 31 de julio de ese mismo 1896, tras ser elegidos como representantes del partido por un escrutinio, acudió junto a Pablo Iglesias y Jaime Vera al IV Congreso de la Internacional Socialista celebrado en Londres. También asistió Antonio Garcia Quejido en representación de la UGT. Fue en este Congreso donde se produjo la ruptura con los anarquistas, y donde se aprobó el informe sobre la socialización de la tierra y la jornada máxima de 8 horas laborales, que disfrutamos en la actualidad. Desde aquí, se hizo un llamamiento a todos los trabajadores del mundo en contra del militarismo y el imperialismo. 

En enero de 1898 se funda el Círculo Mercantil en Ciudad Rodrigo, donde Casimiro Muñoz figuró como Vicepresidente en su Junta Directiva. Dos meses más tarde de su creación tuvo lugar en Ciudad Rodrigo y Lumbrales el, según algunos, "motín de las mujeres" a consecuencia del exportación del trigo y de la escasez de este producto básico que estaba alcanzando unos precios desorbitados. Casimiro Muñoz fue uno de los encargados de supervisar esta importante cuestión. Tal fue la situación provocada por la salida de trigo en este motín, que Casimiro en su artículo titulado "Influencia del medio económico en todos los sucesos de la vida", publicado en "El Noticiario Salmantino"[4] llega a comparar la actitud desesperada de las mujeres de los obreros cuando ven a sus hijos marchar a las guerras de Cuba y Filipinas, con la actitud agresiva de estas mismas mujeres cuando se oponían a la salida de fanegas de trigo: "Todas estas madres proletarias que vieron con resignación de ganado lanar la marcha de sus hijos para Cuba y Filipinas, se opusieron como leonas a la salida de unas 5.000 fanegas de trigo, vendidas aquí hacía algún tiempo, hasta el punto de hacerse precisa la venida del Gobernador civil para proteger la salida del grano comprometido. [...] estas madres proletarias no protestaron de tal iniquidad; exigiendo, cual era de justicia, que fueran a la guerra pobres y ricos; y en cambio, se las vio oponerse como fieras a la legal salida de los trigos, ante la suposición de que tal medida, pudiera traer el encarecimiento del pan. Verdad que estos arranques de valor en contra de la exportación de los cereales, tuvieron su recompensa con el decreto, prohibiendo la salida. Si se callan, el gobierno no publica el Decreto". 

En el año 1899 Casimiro Muñoz viaja a Argentina, donde residió por unos meses con el fin de estudiar los problemas sociológicos al otro lado del charco y tal y como confesó al escritor Francisco Grandmontagne de abrazar a su único hermano, que se encontraba allí, con el propósito de intentar traerselo de vuelta a España [5]. En septiembre de 1900 se celebró en París el V Congreso Internacional Socialista. Representando al PSOE y a UGT en España, acudieron Pablo Iglesias, Facudo Perezagua, García Quejido y Casimiro Muñoz, que acudió como delegado del partido [6]. En este congreso internacional, entre otros temas, se debatió el proseguir con la lucha de la consecución de la jornada de ocho horas y de un salario mínimo. Tras este congreso, los representantes patrios, intervinieron en San Sebastián en un multitudinario "meeting" socialista, al que asistieron más de 2.000 personas. El mirobrigense expuso de forma brillante y entre efusivos aplausos, el programa socialista.  Es en ese meeting, donde seguramente se gestó la idea de que Casimiro Muñoz se presentase en el distrito de San Sebastián como candidato socialista en las elecciones a Diputados para las Cortes Generales de 1901. Cabe señalar, que el PSOE no llegó a obtener su primer diputado en España hasta 1910. 


Casimiro siguió impartiendo conferencias por la zona de Ciudad Rodrigo y fue nuevamente candidato en las elecciones generales, esta vez en Salamanca en las elecciones de 1903 y 1905. Por aquel entonces, era algo habitual la compra de votos, de ello se hace eco el periódico El Adelanto del 27 de abril de 1903, sobre la mencionada jornada electoral, más exactamente sobre las votaciones efectuadas en la escuela de la Cuesta de "Sancti-Spíritus": 
"La tranquilidad de la elección sólo se ha visto turbada por la detención de un sujeto que intentó votar con nombre supuesto Los votantes no se han dado mucha prisa en emitir sus sufragios, pues constando la sección de 488 electores, habían votado, a la una de la tarde, 180. A dicha hora, se calculaba que el señor García Romo llevaba sobre su contrincante una mayoría de 20 votos. El apernamiento se ha efectuado en esta sección, de manera encarnizada. Ha habido vales en abundancia, limosnas a granel y votos comprados con descaro inaudito. El tipo de cotización ha sido de 15 pesetas Muchos de los que las cogían, votaban luego a quien mejor les parecía, y hasta alguno lo decía públicamente. La verdad es que, si como se dice eran limosnas, bastante hacían con agradecerlas. Los centros de operaciones eran ambulantes."

En los años sucesivos, Casimiro siguió asistiendo a numerosos Congresos socialistas internacionales, como el VI Congreso de la Internacional Socialista celebrado en Amsterdam en 1904 o el celebrado en Stuttgart en agosto de 1907, donde se trató entre otros temas, la inmigración, y el derecho al voto de las mujeres. Cabe recordar que a pesar de que ya en esta época había personas como Casimiro que defendían y luchaban por el derecho al sufragio femenino, no fue hasta 1933 cuando por primera vez en España el voto de la mujer fue tenido en cuenta, lo cual supuso el estreno de la mujer española como ciudadano completo, con voz y voto. 


El 12 de junio de 1910 se celebra en Barcelona un modesto banquete al que acudieron un grupo de tipógrafos y socialistas de otras profesiones. Fue organizado por Toribio Reoyo (fundador de la Asociación socialista de Barcelona), quien pronunció un discurso exponiendo las dificultades encontradas por Pablo Iglesias en sus primeros años. Casimiro Muñoz, envió desde Ciudad Rodrigo la siguiente adhesión: "Amigo Iglesias, también como Toribio Reoyo, me asocio con toda mi alma a la manifestación de cariño de que fuiste objeto por parte de la Asociación del Arte de Imprimir, cuyo reglamento conservo todavía como fundador que fui. En la actualidad, no soy tipógrafo; pero guardo incólume todo mi cariño para el arte que llenó toda mi juventud y formó mi espíritu para luchar mientras viva por la emancipación de los desheredados. Con un abrazo te envía su adhesión, Casimiro Muñoz. Ciudad Rodrigo, 17 de junio de 1910". 

Gracias a una nota publicada en El Adelanto el 25 de agosto de 1913, podemos saber que Casimiro se encontraba enfermo: "De Caldas, han regresado a Ciudad Rodrigo, algo mejorado de su dolencia, nuestro estimado amigo don Casimiro Muñoz y señora. Muy de veras deseamos su total restablecimiento". Siguiendo diversas noticias publicadas en varios periódicos locales y provinciales, se puede saber que su estado de salud, sufrió constantes mejorías y recaídas hasta que el 30 de septiembre de 1915 falleció en su casa de Ciudad Rodrigo. 

El 30 de septiembre de 1930, en el aniversario de su muerte, La Libertad, publicaba sobre el mirobrigense: "[...] Desde el año 1896 hasta su muerte se dio el placer de asistir a todos los Congresos internacionales socialistas y el partido no tuvo inconveniente en nombrarle delegado. Hombre óptimo, tenía amistad con todos - su librería era una especie de tertulia afectuosa - y, donde Miguel de Unamuno contó alguna vez que Casimiro Muñoz y aquel obispo de Ciudad Rodrigo, tan bueno,  tan santo, que Clarín retrató en La Regenta como obispo de "Vetusta", eran amigos entrañables. Que en 1868 pudo brillar y figurar; pero que, - como haría toda su vida - se retiró, se obscureció, después de hacer el bien por deber y sin más estímulo que éste purísimo". 



[1] Este episodio es narrado por Juan José Maroto Caldeira, tipógrafo, periodista y miembro del Partido Socialista en el artículo que le dedica de su serie "Los redentores del Obrero", publicado en el diario "La Libertad" el 30 de septiembre de 1930.
[2] Sabortit Andrés, "Apuntes Históricos. Pablo Iglesias, PSOE y UGT"
[3] Jean Claude Rabaté "1900 en Salamanca. Guerra y paz en la Salamanca del joven Unamuno". 

[4] Noticiero Salmantino, 19 de septiembre de 1898.[5] El Adelanto, 29 de noviembre de 1903. 
[6] Noticiero Salmantino, martes 30 de octubre de 1900.

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