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Avatares de la Puerta de Amayuelas

Foto Gombau (1861-1929)
La puerta de Amayuelas, en origen era un pequeño y oscuro postigo, que durante el paso del tiempo ha sido llamado por diversos nombres: El postiguillo, el postigo de Santa María, la Poterna, La Puerta Nueva o la Puerta de Amayuelas, por encontrarse en sus inmediaciones el Palacio de los Condes de Amayuelas, hoy desaparecido, del que se ha encontrado intacta la escalera de caracol en las últimas obras del adarve de la muralla.

El estrecho, bajo y oscuro postigo de Santa María, llamado vulgarmente la Poterna, ya fue ampliado por primera vez en 1563, desde entonces pasó a llamarse la Puerta Nueva. La obra fue acometida por el famoso cantero García de Ruesga, de quien ya se ha hablado en otro artículo de este blog.

Antiguamente, las puertas de la muralla eran cerradas por las noches, sobre las 21:00 horas en invierno y las 22:00 en verano, para impedir la entrada y salida de personas y mercancías durante la noche. De la misma forma que los dos principales linajes mirobrigenses se disputaban el poder del ayuntamiento, también se sorteaban cada cierto tiempo las llaves de las puertas de la ciudad. "El último sorteo se habría hecho en 13 de Enero de 1458, y habían cabido a los Pachecos las llaves de las puertas del Rey y del Sol, y a los Garci-López las del Conde y del Postigo (la actual Amayuelas) [1]". En las proximidades de cada puerta de acceso existía un cuerpo de guardia, en él se alojaban los centinelas que se turnaban en la vigilancia los accesos.

En 1903 se construyeron unas letrinas públicas en la plaza de Amayuelas, junto a la Poterna [2], a la vez que en otros lugares de la ciudad. Parece ser que la construcción de estas letrinas tampoco solucionó los problemas de suciedad que había en la zona. Tan solo un año después de su construcción, un periódico denunciaba la situación tan lamentable en la que se encontraban, “En el número anterior hubimos de formular una queja, que por cierto no ha sido atendida, respecto a lo descuidado que se hallan los urinarios recientemente colocados. Nos proponíamos hoy insistir en aquella, pidiendo la limpieza diaria de tales urinarios y muy especialmente de los instalados en la calle del Enlosado - actual Cardenal Pacheco - y plaza de Amayuelas que, dado el abandono en que se hallan, constituyen dos grandes focos de infección, pero nos encontramos con el artículo 26 de las Ordenanzas municipales cuyo texto literal es como sigue: “Los encargados de la policía urbana bajo su más estrecha responsabilidad, serán los que tengan a su cargo la custodia, limpieza y aseo de los urinarios y retretes públicos”. La simple lectura de tal artículo nos daría resuelta la cuestión y no habría más que pedir su cumplimiento… [3]”.
Puerta de Amayuelas
A lo largo de los años, diversos fueron los problemas de suciedad denunciados por los vecinos en esa zona. El 21 de noviembre de 1908, se hacía eco de una ellas el desaparecido semanario La Iberia, “No es posible que el Alcalde multe a los vecinos, puesto que tolera que sus dependientes tengan depositada en la Poterna de la plaza de Amayuelas, las inmundicias que recogen cuando hacen la limpieza de las calles, en cantidad considerable, pues la última venta que hizo un empleado del municipio, le valió 25 pesetas. ¿Cómo se van a castigar tales infracciones si los encargados de vigilar son los primeros que faltan? No se corrigen abusos que pueden ser origen de una epidemia y se multa al vecino que cuelga una toalla dentro del balcón, que no puede molestar al transeúnte, ni ser causa de otros males [4]”.
Las constantes quejas se sucedieron a lo largo de los años, el mismo semanario publicó 7 años después, “Señor alcalde: No sabe cuánto le agradecerían varios padres de familia, si usted tuviera la amabilidad de disponer que un agente de su autoridad, visitara mañana entre 11 y 12 del día, el sitio conocido con el nombre de “La Poterna”, y si es posible, evitar los juegos infantiles como el de Las Chapas, los Leones, etc, ect. que en dicho sitio se vienen hace tiempo celebrando [5]”.
Puerta de Amayuelas
A principios de 1917 “se comenzó a agitar la idea de abrir la antigua Puerta de Amayuelas (vulgo Poterna) para conectar la ciudad amurallada, con la estación de ferrocarril”, también en esa época se propuso colocar las III Columnas, que entonces se encontraban en los corrales de las escuelas graduadas, en la Plaza de Amayuelas [6]
Sin embargo, no fue hasta 1923 cuando se decidió llevar a cabo el ensanche del estrecho postigo para que por él pudiesen acceder no solo las personas al recinto amurallado, sino también los carruajes, dando lugar a la actual puerta de peatones, que es la más antigua. 
Por esa época era costumbre que el Ayuntamiento, en vísperas de carnaval, sacase del paro a obreros que lo necesitasen. Ese año fueron 115 los obreros a quienes había dado trabajo, la mayor parte de ellos fueron colocados en las obras de apertura de la Puerta Nueva de Amayuelas, que en ese momento debían ir ya muy adelantadas [7], aunque parece ser, que a finales de diciembre de ese año, aún no estaban terminadas [8].
Una vez ensanchado el postigo, solamente se permitía por él la salida de carruajes, aunque en la prensa de la época se denunciaba que, haciendo caso omiso, por ella se colaban también algunos autos [9]
Antes de efectuarse dicha obra, se había acordado que Rodrigo Pacheco, Marqués de Cerralbo, se haría cargo de la tercera parte del costo ya que, por vivir en aquella zona, era de las personas a quien más convenía el ensanche de la puerta, sin embargo, y a pesar de las continuas reclamaciones, el pago nunca se hizo efectivo [10].  
Obras Puerta Nueva de Amayuelas. 1953-54
El caso es que solo 4 años después de hacerse esta obra, la salida de esta puerta tuvo que reconstruirse de nuevo, la obra costó 1.500 pesetas y fue asumida por don Clemente de Velasco [11]. Algún problema debió haber con la finalización de la mencionada obra, pues unos meses después se denunciaba el lamentable estado en el que se encontraba la puerta desde hacía más de una semana: “¿Se ha dado el señor Alcalde cuenta del estado de la puerta de Amayuelas? pues ya lleva más de una semana en el estado en que se encuentra[12]

Con el paso de los años, y la evolución de la locomoción, la Puerta volvió a quedar pequeña para el acceso de los vehículos al recinto amurallado. El 2 de diciembre de 1937, en una sesión de la Junta Administrativa de la Décima que contó con la presencia del por aquel entonces alcalde mirobrigense, el Teniente de la Guardia Civil Fausto San Dámaso, se recogía en el segundo punto “Gestionar la reforma y ensanche de la Puerta de Amayuelas en la muralla, con el fin de que los carruajes de todas clases, puedan utilizarla [13]”. La obra de apertura de la nueva puerta debía conservar el mismo aspecto que presentaba la muralla original, pero debía ser lo suficientemente grande para que por ella accediese todo tipo de coches y camiones grandes [14].  Debía ser acometida por la Junta Administrativa de la Décima en colaboración del ayuntamiento y ayudaría con el problema del paro obrero que se sufría en esos momentos en la ciudad.  
Trabajos en las obras de la Puerta Nueva 1953-54
Parece ser que en un primer lugar se barajó que la apertura se llevase a cabo en la Puerta del Conde, idea que fue desechada por creer que esta puerta perdería más del tipismo original en caso de que se realizasen las obras en ella, además de que la de Amayuelas, descongestionaría el excesivo tráfico que en esos momentos sufría la calle Madrid. 
Tras concederse una autorización de Hacienda, de quien dependía la muralla, para el ensanche de la Puerta de Amayuelas, se dio orden expresa por parte del Ayuntamiento para que la estética sufriese lo menos posible. Se realizaría una amplia bóveda que no desentonase con el carácter general de la muralla, como tampoco lo haría su parte superior, que forma el paseo del adarve [15]. Sin embargo, a pesar de todos estos trámites, la obra de la apertura de la actual puerta de Amayuelas por la que hoy acceden los vehículos, no se abrió hasta el año 1953-54.
[1] Hernández Vegas, MATEO. "Ciudad Rodrigo. La Catedral y la Ciudad" Tomo II. [2] El Lábaro, 15 de mayo de 1903. “Está en construcción una letrina pública en la plaza de Amayuelas, al sitio de la Poterna, a cual, como algunas otras en proyecto, vendrán a satisfacer múltiples necesidades de decencia y ornato”.  [3] La Iberia, 26 de junio de 1904. [4] La Iberia, 21 de noviembre de 1908. [5] La Iberia, 20 de noviembre de 1915. [6] Avante, 31 de marzo de 1917 [7] El Adelanto, 10 de Febrero de 1923 [8] En el semanario Miróbriga, del 22 de diciembre de 1923, se publica que aún estaban sin terminar las obras de la Puerta de Amayuelas. [9] Semanario Miróbriga, 29 de agosto de 1926 [10] Semanario Miróbriga, 1 de Diciembre de 1923: “de vez en cuando aparece don Juan vendiendo fincas a su hijo el Marqués, y aún en alguna ocasión, como en la venta del cuarto de Campildueblo, después de haber concertado con el Concejo pagar cincuenta y tantos mil maravedíes de alcabalas (acababa Ciudad Rodrigo de encabezarse por 1.600,000 maravedíes) jamás, a pesar de las continuas reclamaciones del procurador general, pudo hacerse efectiva esa cantidad, así como tampoco, entre otras, la tercera parte de lo que costó ensanchar el postiguillo de Santa María (Puerta de Amayuelas)como se había convenido de antemano, porque a él le convenía más que a nadie por vivir en aquel barrio”. [11] El Eco del Águeda, 17 de abril de 1927. “La reconstrucción de la salida de la Puerta de Amayuelas, costeada por el ilustre mirobrigense don Clemente de Velasco, ha importado 1.500 pesetas[12] Semanario Miróbriga, 17 de julio de 1927. [13] Semanario Miróbriga, 5 de diciembre de 1937. [14] El Adelanto, 7 de diciembre de 1937. [15] Semanario Miróbriga, 19 de diciembre de 1937.

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