A mediados de los años 20 del siglo pasado, cuando se llevaban a cabo unas obras de alcantarillado en el Campo del Trigo, actual plaza Cristóbal de Castillejo, se produjo el hallazgo arqueológico más importante que hasta ahora ha sido encontrado en el recinto amurallado, el conocido como ídolo de Ciudad Rodrigo.
ídolo de Ciudad Rodrigo |
Se trata de un canto rodado basáltico, casi de forma elíptica, de tono oscuro y superficie pulida. Mide 40 cm. de altura y 20 cm en su parte más ancha. Su grosor máximo es de 14 cm. En su cara más aplanada tiene grabada una figura antropomórfica de pie. Su fecha se estima a finales del segundo milenio antes de Cristo o comienzos del último [1].
Los ídolos más similares a este que hasta ahora se han encontrado en la península son los portugueses de Quintanada, Conquinho y Crato. Se cree que estos ídolos fueron precedentes cercanos de las estelas grabadas del Suroeste peninsular, cuyo ejemplar más antiguo está datado [2] .
Tras su hallazgo, fue recogido de forma inmediata por Serafín Tella, canónigo de la catedral e investigador autodidacta, que llegó a tener miles de piezas arqueológicas descubiertas en la comarca de Ciudad Rodrigo [3].
El ídolo fue expuesto en el Museo Regional, que se ubicaba en el Castillo antes de que este fuera convertido en Parador de Turismo. El Museo, inaugurado el 26 de mayo de 1929 [4], ocupaba cuatro o cinco salas del alcázar, que anteriormente había sido usado como almacén de paja o lugar de encerramiento del ganado [5], por lo que antes de esta restauración, comenzada en el mes de mayo de 1929 [6] y promovida por el conocido como Buen Alcalde, se encontraba en un estado lamentable.
Junto al ídolo, además de otras piezas arqueológicas, se exhibía la importante colección numismática de Mateo Hernández Vegas, una pintura de Zurbarán, cedida por Sánchez Arjona, una de Rivera, o el fajín y espadín que Lord Wellington regaló a San Sebastián.
En Mayo de 1930, el arqueólogo Juan Cabré a su paso por Ciudad Rodrigo visitó el Museo Regional, donde vio el ídolo. A su regreso a Madrid, durante su participación en la LXXVI sesión de la Sociedad Española de Antropología, Etnología y Prehistoria, dio a conocer el que desde entonces sería conocido como ídolo de Ciudad Rodrigo. Las apreciaciones hechas por el arqueólogo fueron publicadas en las Actas y Memorias de dicha sociedad.
El 4 de junio de ese mismo año, el diario ABC se hizo eco de la conferencia ofrecida por Juan Cabré sobre la importante pieza. En la noticia también se mencionaban otras de las piezas que Cabré pudo observar en el museo mirobrigense, como hallazgos de Lerilla e Irueña y un gran fragmento de extremidad de Elephas.
Parece ser que durante años el castillo alojó en su interior, tanto el conocido por Hotel del Turismo [7] como el museo de la ciudad, en el que destacaban especialmente las piezas de la colección particular de don Serafín Tella [8]. El ídolo de Ciudad Rodrigo debió estar expuesto en el Museo Regional hasta el cierre definitivo de este.
Serafín Tella fallece en 1948 y el ídolo pasa a manos de su hermana Bienvenida, quien lo vende por unas 20.000 pesetas al Museo Arqueológico Nacional en 1964, donde se exhibe desde entonces.
[1] MARTÍN ALMAGRO BASCH: El ídolo de Ciudad Rodrigo y el ídolo de Rodicol, publicado en la versión digital del “Gabinete de Antigüedades de la Real Academia de la Historia”.
[2] MARTÍN ALMAGRO, Basch: Los ídolos y la estela decorada de Hernán Pérez (Cáceres) y el ídolo y la estela de Tabuyo del Monte (León), 1972, pág. 30.
[3] Entre los objetos, además del ídolo, destacaban fragmentos de cerámica y un hacha de bronce encontrados en el dolmen de Pedrotoro y fíbulas, navajas de afeitar, ajorcas y monedas romanas recogidas en Lerilla.
[4] Tierra Charra, el 31 de diciembre de 1929, describe el acto como “Acontecimiento del año”.
[5] El Adelanto, Núm. 13932, 3 de octubre de 1929, pág. 4.
[6] Las obras tuvieron un coste de 17.000 duros.
[7] Su nombre oficial era Hospedería del Castillo de Enrique II.
[8] Morán Bardón, César: Reseña Histórica y Artística de la provincia de Salamanca, 1946, pág. 21. Loc. cit. En el castillo está instalado el museo de la ciudad y la hospedería del Patronato de Turismo. Digna de ser visitada por los especialistas es la colección particular de don Serafín Tella.
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